Otra vez

Otra vez estamos aquí, mi soledad y yo, caminando juntas de la mano, de regreso a casa. Otra vez pienso en cosas tontas, me centro en cosas sin importancia para que los pensamientos oscuros no me llenen la cabeza...

Otra vez la misma rutina. Me obligo a caminar, mirando al suelo para no ver que sólo mi sombra me acompaña. Bajando la cabeza para que la gente al pasar no vea que se me hielan las lágrimas en los ojos. Porque no quiero llorar.

Otra vez recorren mis pies el mismo camino de todos los domingos. Me pregunto si dentro de un tiempo, cuando mire al suelo, veré las huellas de mis pasos, marcadas en la acera. Y las iré pisando mientras vuelva a casa. Mientras tú te vas. Mientras la distancia y el tiempo se dan la mano para ponerse en nuestra contra. Mientras yo pienso, como siempre, en lo mucho que voy a echarte de menos. Y no quiero. No quiero echarte de menos. Pero tampoco querría echarte de más.

Por eso odio los domingos. Me hacen pensar demasiado en cosas en las que no querría pensar. Me hacen pensar en cosas que me hacen daño.

Me hacen llorar por ti. Porque tú te vas.

Hoy es domingo. Otra vez.

Comentarios

Davidrago ha dicho que…
No odies a los domingos. Ellos no tienen la culpa de que yo me tenga que ir. Solo yo tengo la responsabilidad sobre las lagrimas que caen por tus mejillas, solo yo soy culpable de tu soledad.
Y me maldigo por ello, por tener que estar a 100 kilometros de tus sonrisas, por ser culpable de tu soledad.
Lo siento.
Alisa_Car ha dicho que…
Quizás suene estúpido o incluso extraño, pero mi soledad, al igual que mi dolor, es mío, y nadie tiene la culpa de que existan y se alimenten de mí...

No te sientas culpable. No lo eres. Tampoco lo son los domingos, pero es más fácil echarle la culpa a ellos, que no se quejan, que buscar culpables que se desvanecen en la nada.

Nosotros no somos los culpables de esto. Somos las víctimas. De tener que separarnos cuando queremos estar juntos...